Experimentos psicológicos más reveladores
La psicología es el estudio de la mente humana y los procesos mentales relacionados al comportamiento y a la naturaleza humana. Como depende en gran medida de cada individuo, no es considerada una ciencia dura, a pesar de que algunos psicólogos experimentan y publican sus descubrimientos en diversos periódicos y revistas. Algunos de los experimentos psicológicos realizados en los últimos años son extraordinariamente reveladores acerca de cómo los humanos pensamos y nos comportamos y que, a pesar de que no estemos orgullosos, nos deja reflexionar y mantener la humildad.
1) Cueva de los ladrones: Teoría de la identidad social
Experimento social clásico que se llevó a cabo con dos grupos de niños de 11 años de edad en un parque público de Oklahoma, y demostró cuan fácil se puede adoptar un grupo de identidad exclusivo y cuan rápido este grupo puede degenerar en prejuicios y hostilidad a quienes no formen parte del mismo.
Experimento social clásico que se llevó a cabo con dos grupos de niños de 11 años de edad en un parque público de Oklahoma, y demostró cuan fácil se puede adoptar un grupo de identidad exclusivo y cuan rápido este grupo puede degenerar en prejuicios y hostilidad a quienes no formen parte del mismo.
2) Poder corrupto: La prisión de la Universidad Stanford
Un desagradable experimento que buscó medir la profundidad del odio en el corazón humano terminó afectando a sus investigadores tanto como a los sujetos control. El psicoanalista Philip Zimbardo dividió a sus participantes en dos grupos llamados "prisioneros" y "oficiales". Se realizó en una cárcel ficticia creada en el sótano de la Universidad Stanford. Los prisioneros fueron arrestados, desnudados, desparasitados y se les afeitó la cabeza, entre otros abusos. Los oficiales fueron premiados por haber cumplido satisfactoriamente con la tarea.
Un desagradable experimento que buscó medir la profundidad del odio en el corazón humano terminó afectando a sus investigadores tanto como a los sujetos control. El psicoanalista Philip Zimbardo dividió a sus participantes en dos grupos llamados "prisioneros" y "oficiales". Se realizó en una cárcel ficticia creada en el sótano de la Universidad Stanford. Los prisioneros fueron arrestados, desnudados, desparasitados y se les afeitó la cabeza, entre otros abusos. Los oficiales fueron premiados por haber cumplido satisfactoriamente con la tarea.
3) Obediencia a la autoridad: Capacidad humana para la crueldad
En 1963 el psicólogo Stanley Milgram intentó comprobar la propensión de las personas para obedecer a la autoridad cuando le fuera ordenado lastimar o herir a otra persona. Para este momento, el mundo aún estaba tratando de entender que había pasado en Alemania durante la Segunda Guerra, que había causado tanto horror. A los sujetos de Milgram se le dijo que ellos serían "maestros" de un "aprendiz", que estaba secretamente dentro del experimento. Ellos debían darle descargas eléctricas al "aprendiz" si él o ella emitía una respuesta errónea. Peor aún, fueron obligados a elevar el nivel de la descarga si el "aprendiz" continuaba dando respuestas incorrectas.
En 1963 el psicólogo Stanley Milgram intentó comprobar la propensión de las personas para obedecer a la autoridad cuando le fuera ordenado lastimar o herir a otra persona. Para este momento, el mundo aún estaba tratando de entender que había pasado en Alemania durante la Segunda Guerra, que había causado tanto horror. A los sujetos de Milgram se le dijo que ellos serían "maestros" de un "aprendiz", que estaba secretamente dentro del experimento. Ellos debían darle descargas eléctricas al "aprendiz" si él o ella emitía una respuesta errónea. Peor aún, fueron obligados a elevar el nivel de la descarga si el "aprendiz" continuaba dando respuestas incorrectas.
Sin importar los gritos y llantos de los aprendices escondidos, los sujetos continuaron entregando fuertes descargas si se les ordenaba hacerlo por el experimentador de guardapolvo blanco. Continuaron, incluso cuando se les había dicho que habían dejado inconsciente a los aprendices. ¿La conclusión? Parece los humanos somos fácilmente manipulables para apartar consideraciones morales y éticas cuando somos ordenados a violarlas por la autoridad.
4) Conformidad: No creas lo que ven tus ojos
De la teoría de la identidad social, los psicólogos tomaron el dinamismo y los prejuicios de los grupos, y qué tan natural es para éstos evocar conformidad entre sus propios miembros. En 1951, Solomon Asch se puso como meta identificar y cuantificar el grado en que el juicio individual afecta la paz dentro del grupo.
De la teoría de la identidad social, los psicólogos tomaron el dinamismo y los prejuicios de los grupos, y qué tan natural es para éstos evocar conformidad entre sus propios miembros. En 1951, Solomon Asch se puso como meta identificar y cuantificar el grado en que el juicio individual afecta la paz dentro del grupo.
El ambiente fue especialmente desarrollado para el experimento. Tras la respuestas equivocada de un sujeto a un cuestionario, se le solicitó a un grupo de estudiantes universitarios que emitieran su propio juicio acerca de lo que pensaban. El 50% dio la misma respuesta equivocada. Sólo el 25% se privó de dejarse llevar por las respuestas equivocadas, mientras que el 5% siempre fue con la mayoría de la gente. Con este interesante experimento se probó que la mayoría de las personas prefieren ignorar lo que saben e ir con una falsedad si están en un grupo que insiste que el argumento erróneo es verdadero. ¿Qué más puede hacer la gente bajo la influencia de un grupo?
5) Mentirse a uno mismo
Uno puede sospechar que la gente es muy buena cuando se trata de ignorar los sentimientos, creencias y deseos, incluso mintiéndose a sí misma (y saliéndose con la suya). En un experimento clásico realizado en 1959, psicólogos desarrollaron un modelo con diferentes niveles de deshonestidad, en el que se intentó comprobra hasta qué punto una persona ignorará su propia experiencia, incluso hasta convencer a otro de algo que no es cierto.
Uno puede sospechar que la gente es muy buena cuando se trata de ignorar los sentimientos, creencias y deseos, incluso mintiéndose a sí misma (y saliéndose con la suya). En un experimento clásico realizado en 1959, psicólogos desarrollaron un modelo con diferentes niveles de deshonestidad, en el que se intentó comprobra hasta qué punto una persona ignorará su propia experiencia, incluso hasta convencer a otro de algo que no es cierto.
La capacidad humana para sostener la disonancia cognitiva fue desde entonces confirmada con muchos experimentos posteriores. Esta capacidad está directamente alineada con nuestro deseo de ser y formar parte de un grupo, ajustando nuestros propios valores y creencias acerca de cosas para estar a la par de los que nos rodean. Por ahí, sabiendo acerca de estas debilidades, podremos alguna vez evadir el creer tanto en nuestra propias mentiras.
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